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domingo, 27 de diciembre de 2009

Una mala de Carrefour

INFORMACION GENERAL


Hace un tiempo tuve que vivir una situación bastante molesta cuando fui a hacer las compras al Supermercado Carrefour.

Luego de recorrer con comodidad el lugar, que hay que reconocer que es amplio y tiene una gran variedad de productos, llego el momento de dirigirme a las cajas para pagar.

Siempre es el momento más duro del paseo - lo llamo paseo porque realmente disfruto de ir al supermercado - no sólo porque hay que pagar sino que además es todo un desafío seleccionar con acierto la fila que más rápido se va a mover mediante un estudio veloz de las personas que estan allí, si son jovenes o viejos, si están con niños, que tan cargado está su carrito y si la cajera se desempeña con soltura o es a pedal.

Ya en una ocasión me pasó de haber esperado durante varios minutos en una fila que al llegar doble mi tiempo de espera porque no tuve la precausión de fijarme que decía "prioridad para ancianos y embarazadas". Por lo tanto, ante la presencia de un grupo de embarazadas que llegaron, más un par de ancianas, tuve que dejarlas pasar como lo decía el cartel. Acepto mi descuido.

En esta ocasión realmente me disgusto lo que pasó. Por fin llegó mi turno de pasar mi productos por la caja y luego de entregar el último de ellos, la señorita me pregunta: "Es para envío?".

Ante la cantidad y la imposibilidad de llevarlos le respondo que sí. Allí llegó el primer dato que desconocía.

¿Ya esta empadronado? - me dice.

¿Empadronado? (¿Que hay que votar aca también?)

La cuestión es que me entero ahí - y ya jugado porque había pasado todos mis alimentos - que tenía que ir a una mesa, estilo atención al cliente para que me empadronen. A todo esto, los que estaban atrás en la fila ya me miraban mal, porque como dijimos antes habían realizado sus cálculos correspondientes y esto rompía con los pronósticos.

Luego de unos minutos y otra fila que debí haber para "empadronarme", que no era ni más ni menos que decirle donde vivo, el piso y mi nombre, pero en vez de hacerlo a mano parece que lo quieren tener en una computadora.

Con mi pseudo - enojo por esto, llegó el último dato - impuesto - donde me informaban que el importe por el envío era de $ 8 ( ocho pesos) por llevarlo no más de diez cuadras de distancia. No me quiero imaginar lo que se le cobra a los demás.

Realmente no me gustan estas movidas donde hay "impuestos obligados" porque es imposible dejar de pagarlos - luego de hacer las compras, la fila y demás voy a acceder a pagar -.

Asi que realmente un disgusto tener que vivir estos detalles pero que transforman una salida amena en una jornada desgastante.

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