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lunes, 19 de octubre de 2009

Mañana se estrena "Ciega a Citas" en Canal 7

ESPECTACULOS

El blog se llama Ciega a citas, y ahí, mis lectores todavía me dicen Lucía, Lulú o LG.Ciega a citas cuenta la historia de Lucía G, una periodista soltera de 30 años que un día descubre que su madre apostó que iría sola, gorda y vestida de negro al casamiento de la hermana menor de la familia y decide hacer cualquier cosa (literalmente, cualquier cosa: volver con viejos amantes, citas a ciegas, búsqueda de pareja por internet) para no ir sola a la fiesta de casamiento.

Durante nueve meses (Desde noviembre del 2007 a junio del 2008) escribí en primera persona la vida de LG. Todos los días, por la tarde o por la noche, conté un capítulo de su historia, a modo de folletín, como si fuese la telenovela de las cinco de la tarde: a veces una cita patética, o el episodio de alguna relación fallida, una reunión del dietaclub, un domingo en pijama mirando tv berreta, una reunión con amigas casadas que hablan de pañales, un encuentro horrible con un candidato que conoció en internet o alguna reflexión irónica sobre su agobiante soltería.

Escribir en vivo esta novela fragmentada en 250 capítulos fue lo más alucinante que me pasó en la vida. Es muy difícil escribir durante tanto tiempo metida en un personaje y lograr que los lectores no pierdan tensión ni interés y se muerdan las uñas por saber que sigue al día siguiente. Durante ese tiempo tuve que interpretar a Lucía en los comentarios, armar una estructura dinámica y coherente, transmitir todas las emociones y detalles de la historia en una sola anécdota diaria y por sobre todas las cosas, equivocarme lo menos posible, porque en los blogs en vivo no se puede borrar ni volver atrás, la goma no existe.

Ciega a citas fue, por ahora, el desafío más difícil que tuve. Escribí el 24 de diciembre a la noche, cuando estuve enferma, en un viaje de vacaciones o después de trabajar 15 horas en otro proyecto, y si bien fue un proyecto enorme y delirante, nada me hizo más feliz que ser LG durante esos meses de mi vida.
Si bien LG no es nadie real, la vida de Lucía está basada en mi vida de soltera y en la de mis amigas. La historia no sucedió exactamente como sucede en el blog, aunque gran parte de esa vida es cierta. Muchas de sus citas, de sus sentimientos, de sus luchas cotidianas fueron mías. Jamás disimulé mi estilo ni cambié un adjetivo para despistar, apenas me puse otro nombre. Sé que muchos estuvieron seguros de que era yo desde el primer momento y otros estuvieron convencidos de que Lucía estaba ahí, detrás del monitor, leyendo lo que escribían. Da igual. Nunca me pareció importante nada que estuviera relacionado con la intimidad del autor, porque de una forma o de otra, Lucía estaba ahí conmigo. Se podría decir que es uno de los personajes de Bestiaria o la encarnación de una de sus teorías; o mejor todavía, que Bestiaria empezó con mi vida de casada y Ciega a Citas contó mis días de soltera.
El blog concluyó el día del casamiento de Irina, la hermana de Lucía. Llegó a tener 15,000 visitas diarias en su último capítulo, 1000 comentarios por día, 2800 fans en Facebook y un par de copias bastante patéticas que previsiblemente no prosperaron.
Hace unos meses, el blog se transformó en libro editado por el sello Aguilar. Se imprimió con mi seudónimo, Lucía González, para que mi personaje siguiera existiendo allá fuera, en el mundo real, en las computadoras de la librería Yenny, en los catálogos editoriales, en los afiches de publicidad, en la wikipedia, en los diarios de todo el país. Incluso, junto a la gente de Alfaguara —que está más loca que yo— hice la prensa como si fuera ella (di notas a la radio con otra voz, tuve dos celulares —uno de Carolina y uno de Lucía—, contesté entrevistas para muchísimos medios, e incluso rechacé propuestas editoriales y Reality shows como si fuese, efectivamente LG. Háganme acordar que les cuente el día que hablé por error con Arturo Pérez Reverte).
Pero además de existir en internet y en papel, dentro de poco tiempo, Ciega a citas será también de carne y hueso. En este momento el blog está siendo adaptado para ser una serie de televisión por Dori Media y Rosstoc, la productora de Gastón Pauls y Alejandro Suaya, tendrá como protagonistas a Muriel Santa Ana, Rafael Ferro y Nicolás Pauls y la dirección de Juan Taratuto. Será el primer blog en español que se adapte para televisión, y eso no deja de llenarme de felicidad vanidosa y estadística.

Ese 1 de noviembre de 2007, la historia de LG comenzaba así:

Ayer tendría que haber matado a mi madre y a mi hermana, pero en vez de apuñalarlas me comí medio lemon pie y lloré.
Mi hermana menor, Irina, nos invitó a cenar a su casa para darnos una sorpresa: que se casaba en siete meses y medio. La noticia no orprendió a nadie. Está de novia hace cuatro años y siempre supimos que su soltería iba a terminar antes de esa manera: con un novio impecable, una relación soñada y una boda perfecta. Así que hicimos lo que había que hacer, festejar. Brindamos, comimos cosas ricas, discutimos un poco, miramos vestidos en una revista y diseñamos un menú imaginario tiradas en el sillón del living.
Todo parecía ir relativamente bien (lo que es mucho en mi familia) hasta la hora del café, cuando yendo al baño me llevé la sorpresa de mi vida. Mientras me estaba lavando las manos, escuché a lo lejos una conversación que todavía me cuesta asumir como real. Mi mamá le decía a mi hermana que esta boda iba a ser muy difícil para mí, porque yo era la mayor de las dos (tengo treinta años y ella veintisiete) y la que tenía que casarse primero. Que yo tenía el peor trabajo (soy periodista y gano una miseria, es cierto), que no tenía pareja (¿cómo sabe?), que estaba gorda (tengo unos doce kilos de más) y que mi vida no iba hacia ningún lado (cierto también). Pero eso no fue lo peor. Lo peor fue el final. Dijo que el casamiento iba a ser una doble tragedia, porque mi familia iba a sufrir tanto como yo al verme bailar sola y borracha mientras mi hermana menor se casaba con el amor de su vida.
Mi hermana, sin embargo, no estuvo de acuerdo. Le preguntó cómo sabía ella que yo iba a ir sola. “Quizás esté con alguien que no conocemos.” Pero mi mamá respondió enseguida que ella sabía que yo iba a ir sola por una razón muy simple: siempre iba a sola a todos lados.

El libro:
http://www.ciegaacitas.com/pdf/capitulo1.pdf

(via) Bestiaria

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