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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Carta a Maradona

DEPORTES



Sr. Diego Maradona,

¿Cómo estas Diego? Me tomo el atrevimiento de tutearte para hacer más amenas estas líneas que te escribo y entiendas que el mensaje es puramente constructivo por el aprecio que supiste ganar al darle tantas alegrías deportivas al pueblo argentino.

Me llaman la atención algunas de tus actitudes que denotan cierta contradicción en tu actuar. Hace unos días te veo declarar en la televisión - en relación a la trágica situación que vive por estos días Fernando Cáceres - que "en este país no se puede vivir más con la inseguridad que estamos viviendo" y que "el gobierno tendría que estar más involucrado en estos temas". Estas palabras me dan la pauta de que es muy difícil encontrar un hilo conductor en tu discurso cuando me pongo a pensar que semanas atrás estabas abrazado con la cúpula presidencial porque habían conseguido el Fútbol gratis para todos.

Este pequeño ejemplo, creo, describe de alguna manera tu particular accionar a lo largo de tu vida. El pibe que salió de Villa Fiorito y logró cumplir sus sueño - y el de muchos argentinos - cuando alzaste la Copa del Mundo, allá por 1986. Ese mismo joven que en aquel momento era considerado el jugador más extraordinario de la historia pero que paradójicamente tomó el camino menos recomendado y se inclinó por las drogas y la mala yunta. En alguna ocasión escuché: "Imaginate que gran jugador hubiera sido si no me hubiera drogado", dicho con tus propias palabras - con tu típico estilo de hablar en tercera persona -.


Estas cuestiones y tantas otras que todo el mundo te justificó por el afecto que produjiste en un numeroso grupo de personas que ama el fútbol. Esas mismas personas que te vieron como ejemplo, como símbolo de una esperanza para quienes todavía creen que se puede salir de las peores situaciones de vida corriendo atrás de un sueño, y que te vieron luchar una y otra vez contra tu adicción. Esos mismos incondicionales que a principios del nuevo milenio hicieron guardia por largas horas en la puerta de la Maternidad Suizo Argentina rogando que su ídolo superara, tal vez, su peor batalla: la de la muerte.


Todas estas personas que creyeron en vos, no merecen que te comportes de esta manera, y mucho menos que les pidas que "te la chupen". Más aún, si tenemos en cuenta que estas a cargo de la Selección argentina y mal que te pese sos la cara visible de un grupo al que observa todo el mundo.


Creo que nunca lograste entender las responsabilidades que conllevan ser un ídolo, o ser el mejor del mundo en alguna disciplina.


Seguramente estés al tanto que durante años - y me animo a decir que todavía es así -, uno va a otro país, aunque sea el lugar más recondito del planeta y te dicen: "Argentina, Maradona".


Por todo esto, por ser argentino y apreciar las alegrías deportivas que nos diste, me duele verte cometiendo exabruptos constantes. Igualmente no soy un pobre iluso que voy a exigirte un comportamiento intachable, si tiempo atrás ya te despachaste contra El Papa, George Bush, La Iglesia, El Capitalismo y diferentes gobiernos nacionales. Con o sin razón al respecto, pero, ¿Es necesario confrontar en todo momento?.


Acaso si querías castigar a la prensa, ¿no te parece más inteligente dejarla pagando en la conferencia de prensa sin ninguna declaración para sus respectivas tapas en vez de decir "la tenes adentro" y ser título de todos los matutinos?


Me parece que ese es tu pecado, ¿Ahora nos llama la atención tus declaraciones?. Creo que lo último que expresaste - luego del partido contra Uruguay - al lado de todo lo que te hemos escuchado en el transcurso de tu vida, es una pequeñez.


Tal vez la culpa sea nuestra, por idolatrarte desmedidamente y nunca marcarte un error. Eso te debe haber hecho sentir omnipotente. Pero lo entiendo, debe ser muy difícil manejar tu nivel de popularidad y el séquito de chupamedias que no te dejan en paz con tal de que les de alguna declaración o algún beneficio.


Para cerrar, te recomiendo desde mi humilde opinión. Tenés dos hijas que soportan con hidalguía la exposición que les tocó tener, un nuevo nieto que demostrar adorar y un cúmulo de pergaminos que te hicieron llegar a ser una estrella, un barrilete cósmico como dijo Víctor Hugo Morales.


No entrés más en conflicto, cerra la boca y dedicate a la Selección porque tengo fe que si volves a tu escencia futbolera sos capaz de darnos un nuevo campeonato del mundo, ahora como DT.


Un abrazo Diego,

Guillermo Noailles

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