Aquel Septiembre de 1998

DEPORTES

Hace unos once años, en septiembre de 1998, asumía como entrenador de la Selección Argentina en reemplazo de Daniel Pasarella un tal Marcelo Bielsa.

Comenzó un proyecto que logró formar un grupo sólido, ofensivo y ganador que se preparaba de cara al Mundial Japón-Corea 2002. En ese camino irregular que alternó entre diferencias de concepto entre el entrenador y el público, la ausencia de la Copa América previa al Mundial por desición de Bielsa y la destacada actuación del conjunto nacional que lo ubicó en lo más alto de las Eliminatorias con un juego superlativo.

Luego, a poco de la máxima cita del fútbol se llevaron a cabo varios amistosos ante Inglaterra e Italia entre otros, que confirmaron a la Selección Argentina como principal candidato a conquistar el certámen.

Ya en el Mundial, aparecieron los fantasmas. Que Crespo no, que Bastistuta si, que los dos no, que por afuera o por adentro. Diferencias de criterio. La opinión pública contra el entrenador. Pero un triste descenlace que comenzó con un panorama alentador tras vencer a Nigeria por 1-0.

En el segundo partido apareció Inglaterra con todo su explendor y una penal que pateó el propio David Beckham - que casi queda fuera del Mundial - para sentenciar la derrota por 1-0, y en el último encuentro no alcanzó el empate 1-1 frente a Suecia.

Cuatro puntos y final del sueño. Argentina se volvía a casa y el máximo candidato se despedía en primera ronda completando uno de los fracasos más grandes de la historia del fútbol argentino.

"Fue un fracaso", confesó Bielsa.

Con el ciclo cumplido y el amargo final, la opinión pública puso en el banquillo de los acusados al "Loco", pero contra los pronósticos el Presidente de la AFA reafirmó su confianza y le renovó el contrato.

Fueron dos años más. En ese tiempo, Marcelo Bielsa logró que Argentina se alzara con la medalla de oro en Atenas 2004 - último logro de la Selección desde la Copa América con Alfio Basile en aquel momento-.

La selección pasa por arriba a todos los equipos, y no recibió ni un sólo gol encontra, ahora todos eran amantes de su estilo, de ser protagonista, de superar en todo aspecto al rival, de no dejar jugar, de ahogar al equipo contrario en su propio campo, del vértigo que esta selección proponía en cada encuentro, lo que demuestra que al final de cuentas lo único que importa es el resultado.

Parecía que la gente le daba otra oportunidad, pero la prensa no estaba convencida.

Luego, otra vez en septiembre, pero en 2004, dijo basta. "Me quedé sin energía", sentenció.

Llegó el adiós, sin memoria ni reconocimiento, solamente se olvidó.

Hoy, 8 de septiembre de 2009, Bielsa dirige a la Selección de Chile, es ídolo y símbolo de profesionalismo, seriedad, líderazgo. Se toma el trabajo hasta de dar charlas sobre manejo de grupos. Un hombre de trabajo, de eso nunca se dudó, que ahora esta del otro lado de la cordillera.

Si mañana gana Chile se clasificará para el Mundial, tal vez con un empate también, en cambio nosotros estamos con la calculadora haciendo cuentas y mirando de costado otros resultados.

¿Es una critica a Maradona? No, pero tal vez sea el momento de ser justos, porque muchos deben estar pensando, "Volvé loco, te perdonamos". Al menos reconozcamos que algo bien habrá hecho.